OJO SPOILER
"Escape": Ríete, o no, decídelo tú.
"Escape" no es una película para cualquiera. O al menos, no para quien busque una experiencia cómoda y fácil de digerir. Rodrigo Cortés nos ofrece aquí algo tan simple en apariencia como desconcertante en su esencia, una paradoja que solo cobra sentido si uno se abre a disfrutar de los angeles locura meticulosamente construida que nos propone.
La trama es casi un juego merciless: N.(un Mario Casas extraordinario), nuestro protagonista, determina que la única salida a su vida es… encerrarse en una prisión. Una decisión absurda, pero que Cortés convierte en una especie de acertijo filosófico. Y es aquí donde el encanto de la película, en que bajo su narrativa hay un mundo de complejidades. Para quienes disfrutamos de seguir la mente de Rodrigo, este disfrute intellectual es un festín (produce carcajada gorda fortuita); para otros, quizá resulte demasiado enrevesado y no esté dispuesto a disfrutarlo.
Los personajes parecen diseñados con una precisión quirúrgica, a veces hasta el punto de lo forzado, lo artificial, pero es que funciona. Cortés juega al límite con ellos, llevándolos al extremo de lo absurdo para, de alguna forma, hacerlos encajar. Es como si sus personalidades tan llevadas al límite crearan un extraño equilibrio.
Desde el punto de vista de la estética visual, la película es un retrato directo del estado mental de N. El mundo que lo rodea está dominado por tonos fríos, una extensión de su psique casi helada. Excepto cuando aparece Abril (una Anna Castillo brillante), con su entorno colorido, es como una pausa, una especie de ancla que nos recuerda que existe algo “más allá” de la locura en la que N. nos sumerge. Un respiro visible que ayuda al espectador a no perderse del todo (Gracias).
Y, en cuanto a la arquitectura (mi terreno), el juego de Cortés es bastante irónico. La prisión en la que N. queda, a la postre, severamente aislado, es en la que se siente finalmente en paz, y no es cualquier cárcel; es un espacio de diseño casi elitista, con hormigón perfecto, un pasillo con lucernarios lineales que parece una pasarela al cielo, líneas limpias, detalles que rozan el lujo y un uniforme perfectamente saturado de naranja… una declaración de que, al menos en ese punto, todo está bien. Ya no tiene margen para decidir, ya solo tiene espacio para, finalmente, sonreír.
"Escape" es, en definitiva, una película que no necesita convencer a nadie. Es absurda, retorcida, y brillante en su propio caos. Un deleite para quien está dispuesto a dejarse llevar por su lógica ilógica.
Para mí, si te gusta el cine de este director, esta película es "imprescindible".