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Paul-Thomas Wyler, interpretado por James Mitchel, es un afamado escultor que después de muchos años se reencuentra con un viejo amor. A la sorpresa por este encuentro se añade una desavenencia imprevista. Paul ya no está enamorado de la mujer que conociera antaño sino de su hija, Laura (Dawn Dunlap), una preciosa adolescente de 15 años que parece corresponder a los sentimientos del artista. Este amor, que se adivina un tanto imposible desde el principio por la diferencia de edad, se vuelve aún más inalcanzable debido a los celos que muestra la madre de la joven. Es evidente que los sentimientos de la mujer hacia Paul aún siguen vivos y se toma el interés de éste por su hija como un agravio personal. Así, hará todo lo posible para que ambos se mantengan en la distancia y tengan el mínimo contacto, aunque permitirá que el escultor haga una obra inspirándose en Laura, eso sí, a través solo de fotografías. El parecido entre la adolescente y su madre, cuando Paul la conociera, no hace más que añadir dolor a los protagonistas.
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