El protagonista de El bus de la vida es diagnosticado con cáncer, algo que conecta con la vida personal del actor que le da vida, Dani Rovira. En marzo de 2020 fue diagnosticado con un linfoma de Hodgkin, que afectaba a su sistema inmunitario, y desde entonces estuvo tratándose durante seis meses hasta que el actor anunció que estaba curado de dicha enfermedad.
Uno de los puntos principales de la película es el uso de la música como arma terapeútica durante el duro proceso de curación de una enfermedad. Para darle un sonido especial, El bus de la vida cuenta con colaboraciones de artistas como Kase O, Los Chikos del Maíz, Fito y Fitipaldis, Chill Mafia o Rigoberta Bandini, que aportan canciones únicas a la película.