Jay es un adolescente de 16 años con trastorno bipolar que huye de casa y se refugia en casa de Bill, un expolicía jubilado que se encuentra en un momento emocional muy bajo. La relación entre ambos empieza con algo de desconfianza, pero poco a poco se va creando una unión muy especial.
Mientras van lidiando con sus problemas personales, se dan cuenta que se vuelven locos el uno al otro, pero su conexión única y especial les ayuda a curar sus heridas del pasado. Así, se muestra como dos personas de diferentes edades pueden complementarse y ayudarse mutuamente.