A sus cuarenta y tantos, Juana está cansada de trabajar de peluquera. Por casualidad, descubre que unos clientes han cometido un delito, y decide chantajearles. Pero ellos tienen otros planes, que incluyen una boda para escurrir el bulto y culpar al novio. Cuando Juana descubre el pastel, orquesta todo un plan con la ayuda de una esteticista y una pitonisa. Todo se complicará cuando entre en juego un esquizofrénico con licencia de armas.