Bruno Sulak es un ladrón extravagante y carismático que se hizo famoso por sus robos a joyerías, siempre sin recurrir a la violencia, lo que lo convirtió en un icono de la libertad.
A pesar de ser perseguido incansablemente por la policía, Sulak demostró una habilidad excepcional para escapar de la cárcel, reuniéndose en varias ocasiones con su amante y cómplice, dejando una huella indeleble en la historia del crimen. Con su astucia y estilo inconfundible, dejó una huella indeleble en la historia del crimen, convirtiéndose en una leyenda.