Ambición y dinero. ¿Cuá es el coste para ser un magnate de Wall Street? La película trabaja de forma genial el sentimiento de la ambición, tanto económica, como personal. Cada paso hacia la cumbre, hacia ser rico, supone deshacerse de un pedazo de honestidad. El personaje de Charlie Sheen transmite perfectamente esa transformación, en la que va creciendo en arrogancia y perdiendo escrúpulos. Por otro lado, Michael Douglas está sublime en su personaje de magnate sin escrúpulos, en la que el dinero es todo lo que importa, el dinero se ha convertido en su forma de diversión personal y de moverse por la vida. El dinero ya no es un medio para vivir mejor, el dinero es su droga, es su chute diario de excitación.
Cabe destacar también el personaje de Martin Sheen, que hace de padre de Charlie Sheen, y que representa la visión más humana dentro del mundo de los negocios. El toma y daca con su hijo, la mezcla entre la relación personal y la de los negocios, quien traiciona a quien, la visión de un joven broker con una carrera meteórica contra el experimentado trabajador que representa el dicho de que "más sabe el diablo por viejo, que por diablo".
Película con buen ritmo, bien trabajada, buenas actuaciones y buena trama.