Ambición de madre
por Rodolfo SánchezLos intentos por parte de Bette Midler de presentarse como una actriz seria han sido múltiples, aunque casi todos fallidos. Stella fue uno más.
Dirigida por el veterano, aunque más televisivo que cinematográfico, John Erman, la película es un drama de aliento y aspecto ochentero –está realizada en 1990, en momento intermedio- que posee todos los tics del peor melodrama de la época, sobre todo en lo referente al tratamiento desaforado y algo manipulador de las relaciones familiares, en este caso entre una madre y su hija. La historia, en su fondo, poseía un interés que en ocasiones aflora a la superficie de la pantalla, aunque de manera eventual y, la larga, casi anecdótica. Erman no aporta nada en el plano visual que ayude a que un guion más o menos convencional y, sobre todo, previsible, a poseer más relevancia. En definitiva, Stella es una medianía con buenas ideas y cierto interés que no llega más por la desidia imaginativa de sus autores.
A favor: John Goodman.
En contra: Los excesos melodramáticos.