Es el año 2011. ETA anuncia el fin definitivo de su actividad armada. Una joven, envuelta en la incertidumbre y en situación de persecución, no sabe dónde está, adónde se dirige, ni si conseguirá llegar donde quiere llegar. Pero tiene el determinado objetivo de cruzar la frontera hacia Francia, lejos de su hogar pero quizás al fin segura. Al llegar a un pueblo navarro espera a nuevas indicaciones. Con el paso del tiempo, un tiempo difuso e indefinido, observa una cotidianidad en la que cada día parece igual al anterior. Los días se convierten en noches y las noches en días, y su huida comienza a ser cada vez más densa y laberíntica.