En una tienda de muebles, David observa cómo su madre, agotada por las responsabilidades, se desploma en un sofá recién descubierto y se niega a levantarse. Mientras él, impaciente y con una lista de obligaciones en mente, intenta convencerla de que es hora de irse, su madre se resiste.
Esto muestra una inesperada necesidad de descanso que desafía el ritmo acelerado de la vida de ambos. Esta escena desencadena un sutil conflicto generacional, mostrando las tensiones entre la urgencia del deber y el anhelo de pausa y respiro.