Pedro, el protagonista, se presenta como el típico héroe torpe y terco que nunca escucha consejos, incluso cuando tiene a una experta en el tema a su lado. A lo largo de la película, el personaje se enfrenta a situaciones cada vez más peligrosas, y en lugar de aprender de sus errores, sigue tomando decisiones desastrosas. A pesar de tener a la especialista (que constantemente le aclara lo que debe hacer para sobrevivir), Pedro se empeña en tomar el camino equivocado, lo que solo genera frustración en el espectador. Un aspecto que resulta insoportable es la constante dinámica de peleas entre los personajes, especialmente entre Pedro y el resto de su grupo. La película intenta crear tensión con discusiones interminables y luchas de poder que no aportan nada a la trama. Las peleas parecen sacadas de una típica familia disfuncional, pero en lugar de generar un conflicto interesante, lo único que provocan es un dolor de cabeza. Es como si los guionistas decidieran que el conflicto central no era la amenaza terrorífica que se avecina, sino el eterno ciclo de desacuerdos y malas decisiones. Los personajes se gritan, se reprochan y, en el fondo, no tienen la capacidad de pensar con lógica. Es un bucle de caos en el que nunca parece avanzar la historia, y eso no solo interrumpe el ritmo de la película, sino que desgasta al espectador, quien empieza a preguntarse por qué están todos tan empeñados en pelear cuando lo que deberían estar haciendo es sobrevivir. A pesar de todos sus fallos, la película tiene un pequeño punto a su favor: las escenas de muertes. Si bien el gore y la violencia no son lo único que hace una buena película de terror, en este caso, las muertes son, sin duda, lo más original de la producción. El diseño de algunas de las muertes es algo que no se ve todos los días en el cine de terror, y aunque la película carece de la atmósfera tensa que uno esperaría, las escenas de violencia extrema logran dejar una marca, sobre todo en aquellos que buscan algo más visceral. Lo que realmente asusta de "Cuando Asecha la Maldad" no es tanto su falta de originalidad o su mal guion, sino cómo logró ser aclamada por la crítica como la mejor película de terror en años. Para aquellos que tenían expectativas altas, este film es una total decepción. Las críticas positivas parecen haber sido sobrealimentadas por el potencial de una película que no entrega nada más que frustración y caos sin sentido.
Es desconcertante cómo una película tan falta de ritmo, con personajes tan vacíos y decisiones tan repetitivas, haya sido considerada como un referente dentro del género de terror argentino. Más allá de algunas muertes impactantes, la película es mala, pero no es lo peor.