Crítica de SensaCine.com para Cuando cae el otoño: Las setas venenosas de François Ozon

Cuando cae el otoño de François Ozon es como un caramelo envenenado. Lo que comienza como una historia tierna e inocente de una mujer que vive en un pintoresco pueblo francés, se convierte en un drama en el que las desgracias se suceden una tras otra.

La protagonista es Michelle, una abuela que disfruta de una jubilación tranquila en una aldea de Borgoña. Allí pasa sus días rodeada de la naturaleza, cuidando de su huerto y recogiendo setas con su amiga Marie-Claude. Michelle está muy ilusionada porque su hija y su nieto van a pasar una semana con ella, pero nada sale como esperaba. Como si fuera un efecto mariposa, un descuido de la protagonista con unas setas venenosas desencadena una serie de tragedias que cambiarán su vida para siempre.

La nueva obra de Ozon engancha desde el principio, está bien interpretada, sus personajes son carismáticos y el relato juega muy bien con el 'thriller' y el misterio. La vida de Michelle es un enigma, pero hay algo en su rutina diaria que te atrapa. La protagonista, interpretada por Hélène Vincent, irradia ternura y calidez. Es pura bondad y enfrenta los problemas con empatía y serenidad.

Cuando cae el otoño tiene su dosis de humor, pero la película peca de exagerar y provoca una disonancia tonal. Hay espacio para la ironía en medio del drama, claro, pero a veces el tono socarrón no encaja bien. A pesar de esto, la propuesta de Ozon es una de sus mejores películas. Cuando cae el otoño es como la manta que te envuelve cuando tienes fríe frío.