El director Sam Peckinpah fue despedido cuando se negó a reeditar el filme luego de que su preestreno fuera recibido en la audiencia con confusión y reacciones mixtas. Los productores Peter S. Davis y William N. Panzer se acabaron haciendo cargo, y alteraron drásticamente las secuencias del comienzo y del final.
Es la última película de Sam Peckinpah. Fue anunciada en su momento como "su gran regreso", pues no había dirigido un filme en cinco años, y éste acabó siendo el único que hiciera en la década de los 80. Peckinpah se pasó todo el rodaje gravemente enfermo, e incluso ideó cómo sería la banda sonora junto al compositor Lalo Schifrin desde la cama.
Varios actores que participaron en la película, tales como John Hurt, Dennis Hopper y Burt Lancaster, aceptaron salarios más bajos de los que solían exigir para poder trabajar con el legendario director Sam Peckinpah.