Crítica de SensaCine.com para Esposa por sorpresa: La casa por el tejado

El argumento de 'Esposa por sorpresa' tiene bastante de subversión del sueño americano, al desarrollar durante gran parte de su metraje la idea de que la realización personal del protagonista Newton Davis (Steve Martin) no se produce hasta que la farsa y la fachada ficcional entran en su vida a través de la experta embustera Gwen Phillips (Goldie Hawn). Así se construye una de las mejores comedias de la carrera del director Frank Oz, también la película en la que Steve Martin y Goldie Hawn han sacado mayor y mejor partido a su química. Algunas de las situaciones de equívocos a las que les lleva su matrimonio fingido son un delicioso recital de caras de póker y muecas de sorpresa que lleva hasta la carcajada a través del humor facial y el funambulismo con el que se mueven los personajes.

Oz deja hacer a sus actores apostando por tomas largas y funcionales mientras saca partido a los interiores y exteriores de la curiosa casa con forma de alianza de matrimonio que Newton habría construido para su novia Becky (Dana Delany) antes de que ella lo abandonara. 'Esposa por sorpresa' se mueve en el tono comedido y puritano de las comedias románticas de los 90 pero destaca por encima de otras propuestas gracias a su efectivo sentido del humor, la fantástica dinámica que se establece entre los dos protagonistas y, en resumen, una gran destreza para combinar enredos verbales con quiebros físicos del cuerpo de Martin. Muy disfrutable, pese a la rancia moralina final, de la que parece imposible librarse.

A favor: La casa, realmente construida para la película, que llega a convertirse en la auténtica estrella.

En contra: El típico sabor conservador y rancio sobre el matrimonio y la institución familiar de las comedias estadounidenses de la época.