Experimentos formales
por Rodolfo SánchezEl veterano Ralph Bakshi, tras una larga trayectoria en el mundo de animación pura, se arriesgó a comienzos de los noventa con Una rubia entre dos mundos a trabajar con la integración de la imagen animada con la imagen real, procedicmiento por entonces en auge y que quedó, visto con perspectiva en un interesante intentó que, aparte de resultar curioso no logró ir más allá de perfeccionar ciertos elementos de la técnica cinematográfica.
Una rubia entre dos mundos, además de este contexto, supuso un intento comercial de juntar en pantalla a Kim Basinger y Brad Pitt con más pena que gloria en una historia de aliento neo-noir pero totalmente artificial. Básicamente porque el guion de Una rubia entre dos mundos no tiene sentido ni interés, denotando un único interés: sorprender con la imagen, técnicamente impecable para la fecha pero que no posee nada más en lo que uno pueda agarrarse para defender una película insulsa y muy pagada a una técnica que aunque podría justificarse narrativamente, no acaba de ser más que un mero capricho.
A favor: Que la integración entre imagen real y la animada, para la fecha, es excelente.
En contra: Que no hay nada más que lo anterior.