La clásica tragedia de Shakespeare, una narrativa de venganza que ha perdurado a lo largo del tiempo, se reimagina para la era contemporánea como un emocionante thriller psicológico. Rompiendo las barreras del escenario, la película emplea casi todas las habitaciones del Theatre Royal Windsor para convertirlo en el eterno castillo de Elsinore, desde las mazmorras del sótano hasta las almenas del tejado.