Inspirado en la obra de Eugène Ionesco, la película narra el surgimiento de la intolerancia y el pensamiento totalitario a través de una serie de episodios cotidianos que ocurren en Israel, en un único edificio llamado el Shikun. En este grupo heterogéneo de personas de diferentes orígenes y lenguas, algunos se transforman en rinocerontes, mientras que otros resisten. Esta situación se presenta como una metáfora irónica de la vida en nuestras sociedades contemporáneas. El filme, al igual que la obra original, utiliza el absurdo y el surrealismo para abordar cuestiones muy reales sobre la deshumanización, la presión social y la conformidad. En el contexto de un edificio, que podría ser representativo de cualquier sociedad, los personajes reflejan la diversidad del mundo moderno, pero, al mismo tiempo, se ven atrapados por un fenómeno extraño: la transformación en rinocerontes. Esta transformación no es literal, sino simbólica, y representa cómo las personas pueden perder su identidad y su humanidad cuando se ven arrastradas por corrientes ideológicas o por la aceptación ciega de ideas autoritarias.