La trama de Mercy se desarrolla en un mundo distópico donde la violencia y los crímenes graves se han vuelto cada vez más comunes, lo que ha llevado a una creciente inseguridad social. En este contexto, el personaje principal, interpretado por Chris Pratt, es un detective que se ve atrapado en una serie de circunstancias que lo colocan en el centro de una investigación por un asesinato violento que no cometió. A medida que intenta limpiar su nombre, se enfrenta a la difícil tarea de desentrañar una red de corrupción y encubrimiento mientras navega por un sistema judicial que parece estar cada vez más desbordado y parcial.