La irreversibilidad de hora y media
por Bibi RamosEntre el tropel de comedias románticas que ha ido interpretando Sandra Bullock desde que debutara ante las cámaras en 1987, las hay salvables y entretenidas, reguleras, malas y muy malas. Lamentablemente cabría situar Corazones rotos en el cajón de estas últimas. La actriz de Virginia vuelve a coincidir con Denis Leary (tres años después de trabajar juntos en Demolition Man), pero ni uno ni otro logran encauzar esta realización de Bill Bennett que cuenta con la participación de Leary en la concepción de la historia y en la escritura del guión.
De la combinación entre una cajera y un enyesador profesional que se complementa el sueldo vendiendo cuadros, previamente hurtados, no tendría por qué haberse producido semejante descalabro. Y, sin embargo, la química entre los protagonistas no funciona, ni los chistes previstos en el guión, y el ritmo narrativo, cuando supuestamente aparece la acción, brilla por su ausencia suscitando, todo esto, un gran tedio en el espectador que lamenta haber perdido hora y media de su vida de tal modo.
A favor: Nada.
En contra: Todo.