Sergio Dayán (Joaquín Furriel), un endeudado padre de familia, es un día víctima accidental de una grave explosión en la calle. Sobrevive milagrosamente al incidente, aunque, para proteger a su familia de los esbirros de sus acreedores en el futuro, decide con el corazón encogido -y sin decírselo a sus seres queridos- aprovechar el suceso para que le declaren muerto. Abandona Argentina rumbo a Paraguay, donde vive durante años con una identidad falsa. Pero en algún momento se desencadena su deseo de averiguar qué ha sido de las personas que una vez dejó atrás. Sin embargo, sus preguntas sin respuesta se convierten en una verdadera obsesión, con dramáticas consecuencias.