La directora Lucija Stojevic conoció al protagonista de esta película cuando rodaba su anterior documental, 'La Chana' (2016). Según ha explicado: “Mientras la profunda y áspera voz del flamenco temblaba, el rostro animado de Pepi se contraía de dolor. Empezó a llorar. Me contó su historia e inmediatamente quedé cautivada por ella y salí de casa de Pepi profundamente conmovida y convencida de que tenía que llevarla a la pantalla”.