El caballo gallego de monte enfrenta una amenaza inminente: su población está disminuyendo y solo unas pocas bestias sobreviven, acosadas por cuatreros, lobos y ahora también por los parques eólicos. A su lado, la pequeña aldea de Sabucedo preserva algo excepcional: un vínculo ancestral e íntimo con estos caballos salvajes. Los conflictos que afectan a los caballos son, en realidad, los conflictos de toda la comunidad, pero lamentablemente, casi no quedan vecinos para defender su territorio. Una vez al año, la aldea celebra la "Rapa das bestas": un evento que atrae a 15,000 personas. Durante esta tradición ancestral, los vecinos se enfrentan cuerpo a cuerpo con los caballos, cortando sus crines. Sin embargo, tras la festividad, todos se marchan y pocos ven la triste realidad: cada año, hay menos bestias en el monte y, como en un espejo, también queda menos gente en la aldea.