Rachel Lapp (Kelly McGillis) es una mujer que vive en el estado de Pensilvania, dentro de la llamada comunidad 'amish', caracterizada por su sencillez, su austeridad, sus reticencias a adoptar una forma de vida moderna y su gran fe en la religión cristiana anabtista. Cuando Rachel decide emprender un viaje junto a su hijo Samuel (Lukas Haas) para visitar a un pariente lejano, nada le hacía pensar que su vida iba a dar un vuelco de 180 grados. El niño será el único testigo de un asesinato llevado a cabo en los baños de una estación en la que paran para hacer un transbordo. John Book (Harrison Ford) será el detective encargado de dar luz al extraño caso. Pronto será consciente de que los asesinos, que saben que Samuel ha presenciado el crimen y que él es el encargado de investigarlo, quieren acabar con sus vidas. Cuando decide acudir a la opaca comunidad cristiana tras un intento de homicidio, Book se dará cuenta de que no es un lugar tan apacible como imaginaba.