A Ricardo siempre le ha gustado la buena vida, es un hombre hedonista y que se preocupa por él mismo. De repente, ve como su vida cambia radicalmente cuando sufre dos ataques cerebro-vasculares y pierde a su pareja, la única persona que le hacía compañía. Todo esto hace que acabe sumido en una depresión, con problemas para caminar y tuerto.Por todo ello, cree que la muerte es la mejor opción.
Pero antes de irse del mundo, quiere volver a ver a sus dos hijos, quienes decidieron alejarse de él hace 20 años.