En un apartamento, un hombre cruza el umbral y se encuentra con una mujer que, de alguna manera, le resulta familiar. Las fronteras entre la ficción y la realidad se desvanecen en un entramado de emociones y posibilidades. La vida cotidiana y el anhelo de algo más se entrelazan en este espacio liminal. La película, como un espejo, reflexiona sobre los límites morales del espectáculo. En ese instante, la vida real se convierte en una representación artificiosa, y lo verdadero emerge. ¿Quiénes somos realmente? ¿Qué podemos ser? ¿Existe una segunda oportunidad para cambiar nuestro destino final? En este dispositivo aparentemente ficticio, se revelan las verdades vulnerables que laten en el corazón de la existencia.