Crítica de SensaCine.com para Búho Gris: Ecologismo y trenzas

El mismo año que la saga 'James Bond' estrenó 'El mundo nunca es suficiente', la tercera película con Pierce Brosnan encarnanado al agente 007, el actor irlandés tambien protagonizó el biopic del conservacionista Archibald Belaney, más conocido como Búho Gris. Gran producción dirigida por Richard Attenborough y con guión de William Nicholson, 'Búho Gris' cuenta la vida del británico Belaney, quien emigró a Canadá a los 17 años y pasó su vida como cazador y vendedor de pieles al norte de Ontario hasta terminar por convertirse en uno de los conservacionistas y ecologistas más famosos de la primera mitad del siglo XX gracias a las multitudinarias charlas que impartía en giras por todo el país.

Brosnan interpreta al protagonista con una extraordinaria falta de carisma o intensidad que propicie la conexión o empatía con su lucha. Es como si Attenborough, que en su carrera cuenta con películas biográficas tan emocionales como 'Gandhi' (1982) o 'Chaplin' (1992), hubiera decidido abstraer hasta tal punto las motivaciones y dimensiones humanas del personaje (por ejemplo, su romance con la india de 19 años Pony, la forma en que la identidad nativoamericana se inscribió en su vida) como para dejar que fueran los asombrosos paisajes del Parque Nacional Prince Albert quienes hablaran por él. Pero, para que esa teoría tomara mayor consistencia, la película debería tener muchos menos diálogos intensos o clichés narrativos.

A favor: La relevancia del mensaje transmitido por el protagonista y la voluntad de recuperarlo.

En contra: El discurrir pesado de la narración y su total insipidez.