Crítica de SensaCine.com para Cazadores de dragones: De héroes y ganchillo

Dragon Hunters cruza con corrección y entretenimiento la épica propia de un relato de aventuras que arranca en una especie de mundo posapocalíptico con algunos motivos propios de las "buddy movies", como su apuesta por la amistad y por las situaciones entrañables y cómicas. El objetivo perseguido durante la gesta será la derrota del terrorífico dragón Zampamundos que simultáneamente constituye el motivo más temido en las pesadillas de la pequeña Zoé. Esta se unirá al tándem protagonista inicial, una pareja de pícaros que se hacen pasar por cazadragones a cambio de dinero: Lian-Chu es el fortachón de gran corazón y Gwizdo el enclenque que busca proteger sobre todo los propios intereses. Una extraña criatura azul, simbiosis entre conejo y cerdo, les acompaña.

Uno de los principales alicientes de esta propuesta animada gala, previa a Cómo entrenar a tu dragón y adaptación de la serie de televisión homónima, es la sorprendente concepción visual de un mundo que parece flotar fragmentado en el aire, permaneciendo en ese espacio suspendido y desplazándose ligeramente o violentamente tras imprevisibles estallidos. Por otro lado, los personajes tienen carisma e introducen una interesante reflexión acerca de los límites entre lo creíble y lo increíble, la realidad y los cuentos de hadas, lo que uno cree y está dispuesto a creer. Está bien no olvidar que hay vida más allá de Pixar.

A favor: Su concepción visual (decorados y secuencias de acción) y construcción de personajes.

En contra: Le falta más enjundia y contenido a su trama.