"Gremlins" es una entretenida y legendaria comedia de terror de los 80s, producida por Steven Spielberg y dirigida por Joe Dante. Variados fueron los factores que confluyeron para que se convirtiera, primero, en éxito de taquilla en su momento, segundo, en película de culto y, tercero, en crisol para todo el subgénero de criaturas diabólicas y traviesas que inundaron el cine de comedia de terror durante los 80s. La forma de narrar resulta totalmente acertada desde los primeros minutos, simple y directa, para introducir al espectador en un mundo mágico de criaturas extrañas y clásicos preparativos navideños. Es fantasía pura y entrañable, pero al mismo tiempo no deja de ser una macabra historia de Navidad, por lo que claramente podemos advertir que el film se divide en dos mundos, uno idealista y consolidado, y otro que comienza a emerger y que finalmente se tomará los hechos, graficado en el caos total que supone la invasión de unos extraños y peligrosos seres diabólicos.
Claramente, no importará que haya algunos detalles en el guión, como el hecho de que de buenas a primeras un hombre compre como mascota un ser extraño sin siquiera asegurarse si es peligroso o ha sido clasificado por la ciencia, ni menos que la familia se cuestione la existencia de reglas para su cuidado y, más aún, el caos que se genera cuando todo se sale de control. Nunca es tarde para referirse al origen del término "gremlin". Según se cree, los gremlins son criaturas mitológicas de origen anglosajón y carácter esencialmente malévolo, que viven en los bosques de Inglaterra. Más tarde, si bien hay algunas referencias narrativas a inicios de la década de 1920s, sería en la II Guerra Mundial cuando se aplicaría su uso al ser la supuesta explicación que los ingenieros y pilotos británicos encontraron para justificar las fallas técnicas de los aviones ingleses. Para ellos, estas extrañas criaturas tenían fama de ser saboteadores de máquinas y sus travesuras incidin, sin ninguna duda, en los desperfectos técnicos. Asimismo, no debemos olvidar que el film estableció un precedente pionero en el subgénero de monstruos pequeños, que invaden y desatan el caos en la ciudad o el pueblo.
Las emblemáticas tres reglas que deben seguirse para adoptar un mogwai, entiéndase no dejar que esté cerca de la luz, que no tenga contacto con agua y que no se le alimente después de medianoche, terminan por establecer un imaginario cinematográfico que pocos amantes del cine desconocen, y los diferenciarán del resto de criaturas que surgieron a partir de su aparición, al exponerlos como seres benignos que terminan por corromperse. Uno de los grandes pilares de la cinta es claramente, el diseño y los efectos especiales para recrear a los Gremlins, los verdaderos protagonistas de la función, y que son obra del efectista especial Chris Walas. Aunque tienen un marcado carácter de serie B, más aún en la actualidad, logra su doble cometido, primero, con Gizmo que es la personificación de la ternura y la tranquilidad con su pelaje de ardilla, y segundo con Stripe y sus secuaces con su aspecto reptiliano, que son todo lo contrario: groseros, sucios, agresivos y asesinos, pero son graciosos y quienes se llevan los aplausos. Sin embargo, el caos que generan no es culpa de las criaturas, ya que como es de esperar en este tipo de películas, nos transmiten la idea de que todo ocurre por irresponsabilidad de los humanos, que no dimensionan la importancia de seguir las reglas. Así, todo pasa por la imprudencia humana. Simplemente, está en nuestra naturaleza.
Las actuaciones son aceptables, aunque en ningún caso destacables, pero podríamos destacar a los carismáticos Hoyt Axton, como el soñador inventor Rand Peltzer, padre de familia que compra el mogwai para su hijo. Y Keye Luke, como Mr. Luke, dueño de la misteriosa tienda china de artefactos y regalos extraños. Le siguen, la dupla juvenil conformada por Zach Galligan y Phoebe Cates, quienes interpretan a Billy y Kate. El reparto lo completan el emblemático Dick Miller como Murray Futherman, el vecino de los Peltzer. Frances Lee McCain como Lynn Peltzer, la vecina y mujer de Murray. Y Belinda Balaski, encarna a la Sra. Joe Harris, la odiosa vecina que detesta al perro de los Peltzer.
En definitiva, un clásico ochentero de esos que nos encantan, que tienen todo lo que necesitamos para rememorar esa increíble época, principalmente por ofrecer un efectivo espectáculo visual y narrativo, con personajes entrañables, aunque bastante traviesos y malignos, de esos que lamentablemente ya la industria no le interesa presentar y revivir. Es un producto destinado a divertir y sorprender al espectador durante todo su metraje, con una gran dosis de humor y salvajismo desternillante durante toda la película, que no deja que pierdas detalle en ningún momento. Con un guión muy original y una recreación genial de los "monstruitos". Gizmo es uno de los personajes más entrañables y más queridos del mundo del cine con un encanto que le hace muy especial.