Crítica de SensaCine.com para Las lágrimas de Julian Po: El suicida del pueblo

El director Alan Walde solamente hizo una película más después de debutar en el cine con esta adaptación de un libro de Branimir Scepanovic que ya había sido llevado a la gran pantalla en 1982 con 'Death of Mr. Goluza', una co-producción checo-yugoslava. La verdad es que no extraña que la figura de Walde no haya sido echada en falta, pues no consigue brindar nada memorable o digno de recuerdo a partir de esta curiosa historia de humor negro protagonizada por un suicida (Christian Slater) que llega a un pueblo y se convierte en una pequeña celebridad mientras va teniendo dudas sobre si realmente desea quitarse la vida.

Puede que lo más interesante de 'Las lágrimas de Julian Po', aparte de que su corta duración haga mucho más para evitar el sopor durante el visionado que cualquier manejo del rimo cinematográfico que se le pueda pedir a una realización plana y televisiva, sea la angelica presencia de Robin Tunney, una actriz muy interesante a la que es difícil ver, sobre todo en películas que no den vergüenza ajena. En efecto, 'Las lágrimas de Julian Po' es tan 'correcta' y convencional que ni siquiera ese efecto consigue.

A favor: La hilarante participación de Allison Janney.

En contra: No tiene nada memorable.