Danny Travis es un inventor irlandés, que ha pasado la mayor parte de su vida en los Estados Unidos, un vividor. Su apartamento, que es a la vez su hogar y taller, está a punto de ser demolido por una orden de desahucio.
Una compañia inmobiliaria ha comprado el inmueble y acabará con el edificio. Danny se erige en representante de los demás vecinos e intenta reunir bastante dinero para defenderse con la orden del juzgado.