Al principio, Sylvester Stallone insistía en que su personaje marcara el gol ganador de la película, pues sentía que él era la mayor estrella. Sus compañeros de rodaje finalmente fueron capaces de convencerle de lo absurdo que era que un portero marcara el gol ganador, y el penalti que aparece en la película fue específicamente escrito para apaciguar su ego.
Sylvester Stallone se rompió un dedo tratando de parar un gol de Pelé.
Durante el partido del clímax, cuando el comentarista dice que quedan quince minutos para que acabe el partido, quedan exactamente quince minutos y cinco segundos para el final de los créditos de clausura.