Colin Farrell y los otros miembros del reparto tuvieron que pasar seis semanas en un rancho, salir con los vaqueros y aprender a montar a caballo antes de comenzar el rodaje. Farrell montó un caballo llamado 'Miracle' mientras aprendía a montar, caballo que posteriormente utilizó mientras rodaba la película.
45 de los 65 días que duró el rodaje tuvieron unas temperaturas superiores a los 42 grados centígrados.