Dos años después de crear su obra mas importante siendo ésta "Metropolis" un hito de la ciencia ficción y la máxima influencia dentro del cine futurista, estando la obra maestra de espionaje "Spione" de por medio, Fritz Lang vuelve en 1929 a crear otro hito del cine de ciencia ficción, y lo hace a modo de despedida al cine mudo en el que creo muchas de las mayores obras maestras de historia del cine.
"Frau in Mond" es la última película muda del cineasta austriaco, y vuelve a crear en ella otra fuente de inspiración grandisima para el cine de ciencia ficción moderno.
Lang vuelve a innovar en casi todo, en visuales, en efectos especiales, en el hecho de ser una de las primeras películas de ciencia ficción "realistas", incluso en tener la primera cuanta atrás o cuenta regresiva de la historia del cine. Todo ello en sus casi tres horas de duración de este viaje alucinante a la luna de Lang, convirtiéndose así en sin contar la duologia de "Die Nibelugen" como un solo largometraje, la segunda película más extensa de Lang, solo superada por "Dr. Mabuse, der Spieler".
Visualmente es maravillosa, como todo lo de Lang, pero esta resulta muy impactante por su modernidad visual en contraste con ese juego sorprendente de sombras típico del expresionismo.
Narrativamente es buenísima. Y sin duda otro punto muy a resaltar de la cinta es el nivel interpretativo bestial de los intérpretes, reparto casi repetido a nivel protagonico de "Spione". Con un Willy Fritsch insuperable, una Gerda Maurus sublime y un Gustav von Wangenheim buenísimo.
La trama narra la historia Helius (Willy Fritsch), un científico y astrónomo que quiere viajar a la luna para corroborar la antigua teoría de otro científico (Klaus Pohl) al que tomaban por loco de que las montañas de la luna están repletas de oro.
En paralelo a su vida profesional y su gran viaje, su mejor amigo Windegger (Gustav von Wangenheim) también científico, está comprometido con la mujer de la cual esta enamorado (Gerda Maurus).
Una visión de Lang ambiciosa hacia el futuro de la exploración por el espacio en la que nos habla de paso de temas profundos y humanos.
Lang consiguió junto con el ingeniero espacial y científico Hermann Oberth, que el film se convierta en el más científicamente plausible hasta por aquél entonces en el género. Dándonos así una despedida del cine mudo por todo lo alto, creando otro clásico alemán para la historia.