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    Rififí
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    David Filme
    David Filme

    16.697 usuarios 264 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 23 de junio de 2021
    "Rififi" es un brillante e intenso thriller con tintes de cine negro, dirigido por Jules Dassin y protagonizado por Jean Servais. El film nos presenta los cimientos sobre los que se asienta desde el mismo inicio. Vemos una humeante timba de póquer, de trazas poco amistosas, entre lo que parecen ser jugadores mal encarados o hampones de segunda. Entre ellos está Tony "El Stephanois" (Jean Servais), un experto ladrón que acaba de pasar cinco años en presidio. Sin embargo, el latrocinio parece estar en su naturaleza y, tras darse de bruces con un apetecible plan, decide volver a las andadas. Jean Servais da un aire taciturno, hosco y fatalista, como un Bogart francés. Tanto Tony como sus compinches, no tienen ningún componente simpático o encantador. Pueden llegar a ser crueles. Recordemos que en algunas películas vinculadas con atracos como "Forajidos" o "Atraco perfecto", hay personajes con ciertas dobleces bondadosas que actúan mal por debilidad o necesidad. En "Rififi" como mucho hay ciertos códigos entre ladrones, casi cuestiones de honor que pueden llevar a hacer un sacrificio. Eso es todo. El plan en cuestión es robar una suntuosa joyería parisina. Tony al principio remiso, acaba aceptando al saber que su antiguo amor, Mado (Marie Sabouret), tiene relaciones con Pierre Grutter (Marcel Lupovici), dueño del garito L’Age D’or y también constatado criminal. La rivalidad con este gánster será relevante en la trama. Para darnos cuenta de la catadura cruel de estos ladrones, véase el reencuentro de Tony con Mado.

    El resto de la banda son Jo (Carl Möhner), un buen amigo de Tony, Mario (Robert Manuel), un ladrón italiano que ha tenido la ocurrencia del atraco, y Cesar (el propio director Jules Dassin), un experto en cajas fuertes. Una de las fascinantes partes de la película es la fase de planificación, donde con rigor matemático la banda estudia cuidadosamente todo lo relacionado con la joyería: horarios, costumbres de las tiendas circundantes, rondas de gendarmes, tiempo disponible, etc. Paralelamente Jules Dassin dirige el film con el mismo rigor de planificación que aplican los ladrones al atraco. Y lo hace en varios aspectos. Dassin anteriormente había destacado por dar al cine negro un aire casi documental. "En La ciudad desnuda" una de las grandes protagonistas era la propia ciudad de Nueva York, sus ritmos, gentes y costumbres. Además, el proceder de la policía era notoriamente metódico. Asimismo el director capta el espíritu parisino, sobre todo en lo tocante a los bajos fondos. Ello añade un peculiar vitalismo y una verosimilitud nada desdeñable. El rigor de Dassin también se ve en su forma de filmar. Su manera de rodar es un engranaje preciso y calculado. La planificación de las escenas es muy acusada, particularmente en la parte del atraco. Probablemente estemos ante uno de los robos mejor filmados de la historia del cine, en una escena larga, tensa, pensada, al milímetro. Es curioso pensar que los años cincuenta fueran una especie de edad de oro de las heist movies (película de atracos).

    Sin embargo, la cinta tiene una curiosa mezcla de tonos. Por un lado hay cierta frialdad en la filmación que casi nos anticipa los policíacos polares franceses. De hecho en un primer momento estaba proyectado que Jean-Pierre Melville fuese el director, hasta que el proyecto recayó finalmente en Dassin. Contradictoriamente, o quizá no tanto, alcanza unas cotas de tensión realmente altas, a ratos superlativas. Tiene mucho mérito conseguir tal nivel de emoción partiendo de unas premisas tan sobrias, y se consigue gracias a una estupenda labor de montaje para delinear las historias, y al aludido tono naturalista. El cine de Dassin se caracteriza por su capacidad para humanizar a sus personajes, explicándonos las motivaciones de su actos nos los vuelve más cercanos y entrañables, facilita una mayor comprensión hacia ellos. Nos muestra a los atracadores la noche antes del robo, la armonía familiar de todos ellos despidiéndose de sus seres queridos, excepto Tony, el cerebro de la banda. La meticulosidad con la que se nos muestra el sofisticado robo es asombrosa, treinta minutos casi sin diálogos, entre penumbras, con la precisión de un reloj suizo y una profesionalidad apabullante, pero como siempre en la vida influye el factor humano y la debilidad de los sentimientos. Por otro lado, la fotografía en blanco y negro hace gran uso de los claroscuros, obteniendo un resultado soberbio por sus tonos sombríos que evocan en todo momento tanto al género noir como al lugar en cuestión, ya que sus imágenes repletas de matices son de lo más inspiradoras. La música es melódica y varía según el momento de la acción, de insidiosa y amenazadora por un lado a intrigante en sus ritmos habituales de cine negro por otro.

    Las actuaciones son sobrias y contundentes, el trabajo de los actores es aparentemente subrepticio, pero está debidamente ajustado a las necesidades de la película. Jean Servais destila amargura, ganas de resarcimiento, una íntima violencia interna. Tony, su personaje, parece tender hacia el crimen porque todos los referentes positivos que puede tener en otros entornos se han ido debilitando. Hay algo de animal herido en su actitud, de puro fatalismo. Su actuación es impecable. Trágico es el papel de Marie Sabouret en su encarnación de Mado. En su relación triangular con Tony y Pierre en lugar de ser, como quizá mandan los cánones, el objeto de deseo de ambos, acaba casi convirtiéndose en un peón en los toma y daca. Sufrirá demasiado desprecio. Destacar también a Carl Möhner como de Jo, con una actuación creíble en una labor impasible, siendo el criminal con el que más podemos empatizar dadas las vicisitudes que vive. Robert Manuel hila una carismática interpretación y Jules Dassin está seductor y remarcable en su tarea, siendo relucientes los acompañamientos de Magali Noël, Pierre Grasset y Robert Hossein entre otros.

    En definitiva, un brillante e intenso thriller de robos & atracos, pura arquitectura cinematográfica al servicio del cine noir. Jules Dassin rueda y planifica de manera precisa las andanzas de un grupo de ladrones preñados de fatalismo y amargura. Cada personaje está creado y desarrollado de gran forma, en este caso, la película es casi una cuna para otros filmes que vinieron después. Con un guión que une sus piezas magistralmente, no recuerdo haber sentido tanta tensión en un filme. Para la historia del cine queda la célebre escena del robo y un puñado de momentos tan tensos como excelsos. Truffaut la calificó como una de las mejores películas de cine negro de la historia, y es difícil estar en desacuerdo con él.

    FilmeClub.com
    Adrianrom 1977
    Adrianrom 1977

    1.282 usuarios 529 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 1 de mayo de 2022
    Llena de cine noir o cine negro, Rififi (traducido del francés "acribillado"), es un film con uma trama de lo más elaborada y perfecta, súper intrigante y entretenida, acompañada con la increíble banda sonora y soundtrack de la pelicula y como no su fotografía llena de creatividad en los planos, y con ese toque noir tan carismático de esa época.
    Gran película francesa, y gran película del cine noir de los años cincuenta.
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