John Wayne, que tenía 41 años cuando se hizo la película, recibió grandes elogios por su convincente interpretación del Capitán Nathan Brittles de 60 años.
John Ford decidió ponerse en contacto con John Wayne para intepretar al Capitán Nathan Brittles después de ver su actuación como Thomas Dunson en Río Rojo (1948).
John Wayne siempre sintió que su primera nominación a un Oscar debería haber sido por esta película y no por Arenas sangrientas (1949).
Esta es la segunda película en color de John Ford. La primera fue Corazones indomables (1939).
En el cementerio, una de las cruces lleva el nombre de "DeVoto". Esto es un homenaje a Bernard DeVoto, un importante historiador norteamericano especializado en la historia del viejo Oeste Americano.