Aunque Anthony Hopkins era diez años mayor que en la primera película en la que hizo de Hannibal Lecter, 'El dragón rojo' se sitúa en el tiempo antes que 'El silencio de los corderos'. Para hacer esto más creíble y rejuvenecerle se eliminaron sus arrugas y se remodeló su cara con efectos especiales, además tuvo que perder peso.
Ralph Fiennes tenía que pasar ocho horas en maquillaje para poder aplicarse todos los tatuajes.
Edward Norton usó todo el dinero que ganó con esa película para financiar 'La última noche'.