El Jesús más humano
por Eulàlia IglesiasMartin Scorsese (director) y Paul Schrader (guionista) se antojaban el tándem perfecto para llevar a la gran pantalla la polémica novela del griego Nikos Kazantzakis que imagina a Jesucristo llevando una vida muy diferente de la que estipulan los evangelios. El católico Scorsese y el calvinista Schrader siempre se han sentido atraídos, cada uno a su manera, por los personajes atormentados. Y este Cristo que oye voces en su cabeza, a quienes sus compatriotas ven como un colaboracionista de los romanos y cuya máxima tentación es abandonar su naturaleza divina para llevar la vida de cualquier otro mortal, bien podía hermanarse con cualquiera de los personajes nacidos de la colaboración entre ambos. Como el Travis Bickle de 'Taxi Driver,' aquí Jesucristo también se retuerce entre el pecado, la culpa y las ansias de redención. Pero, a pesar de tratarse de un proyecto largamente acariciado por Scorsese, 'La última tentación de Cristo' no funciona como esa obra maestra que hubiera podido llegar a ser, lastrada por una puesta en escena un tanto academicista.
Lo mejor: El rostro de Willem Dafoe, con los rasgos sufrientes de un Cristo barroco.
Lo peor: La inevitable y cansina persecución religiosa a la que se sometió la película.