Crítica de SensaCine.com para La Terminal: Puerta de embarque

En las películas de Steven Spielberg siempre hay un cierto temor hacia los espacios abiertos, una cierta agorafobia. De ahí que sus dos mejores películas de sus primeros años, 'El diablo sobre ruedas' y 'Tiburón', traten de amenazas que aparecen cuando las personas se exponen demasiado. En el cine de Spielberg, la seguridad la da el hogar y la comunidad de familiares y amigos. En 'La terminal', sin embargo, el conflicto no aparece en un espacio abierto, sino en la privación de libertad. Un hombre encerrado en un aeropuerto ante la falta de visado.

Esta historia permitiría hacer un ejercicio claustrofóbico sobre una persona aislada, atrapada en un gigantesco y hipertecnológico aeropuerto. Un espacio de ciencia ficción, como bien lo interpretó Chris Marker. Pero Spielberg no sabe o no quiere jugar esa carta, y por eso su película habla del renacimiento de ese hombre, y de la creación de una comunidad junto a todos los trabajadores de ese aeropuerto, lugar de tránsito, de tiempos evanescentes, pero que gracias a la presencia de ese hombre atrapado, se puede convertir en un hogar.

La opción elegida puede ser cuestionable, especialmente el último tercio, donde la película gira inexplicablemente hacia el film navideño, donde todo es demasiado bondadoso y artificial. Pero en parte, así es Spielberg, un director que siempre trata de torcer la realidad para llegar a una resolución demasiado complaciente.

A favor: La precisa descripción de la creación de una comunidad de amigos que termina siendo una familia.

En contra: Quizás pierde el norte en su parte final.