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    Rocky IV
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    Ozonero
    Ozonero

    111.673 usuarios 1.318 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 20 de julio de 2023
    Posiblemente la más icónica de la saga por su combate y sus connotaciones, en Rocky IV, Stallone se vuelve a poner tras las cámaras y consigue hacer la madre de todas las batallas de Balboa. Con la Guerra Fría de telón de fondo y, con casi total seguridad, con el "final boss" más icónico de toda la saga, el temible Ivan Drago interpretado con la frialdad requerida por el sueco Dolph Lundgren. A su vez, toda la épica de los entrenamientos, etc, incluidas las típicas "americanadas" de la época. Pero tomándola simplemente como un divertimento, es una película muy disfrutable años después y que sin duda dejó una batalla final para el recuerdo de la saga, incluída la aparición de "Burning Heart" de Survivor durante los entrenos de los contendientes.
    Javier Vázquez
    Javier Vázquez

    20 usuarios 48 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 11 de marzo de 2023
    "ROCKY IV" (1986) de Sylvester Stallone - Crítica de Javier Vázquez (11/03/2023)

    *AVISO* Se recomienda leer la crítica después de haber visualizado la cinta. Puede contener revelación de detalles de la trama (spoilers).

    La primera entrega que no empieza como sus antecesoras, con las letras de “ROCKY” ocupando toda la pantalla, haciendo un barrido de derecha a izquierda, ni con la canción de apertura “Fanfare for Rocky” de Bill Conti. De hecho, es la primera película que no cuenta con este gran compositor.

    Me es difícil calificar esta película, pues de toda la saga, es una de las más dinámicas. Suceden un gran número de cosas, empezando con la muerte del gran Apollo Creed a manos de la gran bestia rusa Iván Drago (Dolph Lundgren), quien más tarde perderá el combate frente al gran Rocky Balboa, por el que nadie apostaba en Rusia, y que acaba convirtiéndose en un ídolo internacional.

    El gran contraste de la preparación física de Rocky, en las montañas rusas, en los campos nevados, y en su acogedora cabaña, frente a las maquinas de última tecnología de Drago, es un punto a favor para demostrar una vez más, que con poco, se puede conseguir mejores resultados.

    Una película que cuenta con una buena trama, pero que no merece más nota, pues la música original de Conti no aparece, y eso es algo que se echa en falta.
    Johan600
    Johan600

    6.563 usuarios 669 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 12 de noviembre de 2022
    Mi película favorita de la franquicia Rocky, Rocky 4 es impresionante me ha encanta muchísimo pero muchísimo. Sylvester Stallone esta impresionante da una actuación impresionante como Rocky y Dolph Lundgren como Ivan Drago es también impresionante que aunque mucho gente la odiaba en la película yo lo he amado igual que Rocky y la pelea entre los dos buaaaaa la mejor que he visto en mi vida y para mi la mejor pelea de la historia. En resumen Rocky 4 es impresionante de principio a fin que sin duda alguna es la mejor de la franquicia la mejor la amo muchísimo❤️😍🥊
    César Andres Serrano Cassoni
    César Andres Serrano Cassoni

    4 usuarios 46 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 21 de octubre de 2022
    Es un clásico del cine deportivo, al estilo exuberante de Hollywood. Claramente no es una obra cinematográfica pero tampoco intenta serlo, esta hecha para los fanáticos del entretenimiento simple y los fans de la saga de Rocky.
    David Filme
    David Filme

    16.699 usuarios 264 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 11 de octubre de 2022
    "Rocky IV" es una entretenida y estrambótica cuarta entrega de la Saga de Rocky Balboa (1976-2006).
    Convertido en una superestrella de Hollywood e ícono del cine de acción, tras el éxito de "Rocky III" (1982), "Rambo: First Blood" (1982) y su secuela "Rambo: First Blood Part II" (1985), aunque con un inesperado traspie en "Rhinestone" (1984), Sylvester Stallone concebió la cuarta entrega de la saga del púgil italiano que se transformaría no sólo en la secuela más taquillera y recordada de toda la franquicia, sino en la película más delirante, surrealista y demencial protagonizada por el potro Italiano, que la elevarían al status de película de culto, ícono del hipertrófico cine de súperhumanos en acción pura y dura y, en el caso de muchos, un placer absolutamente culposo. Una combinación explosiva y excesiva de golpes y testosterona, la configuración de dramas banales y venganzas, la explotación paroxista del patriotismo americano, la presentación de villanos de naturaleza invencible y un montaje de tipo videoclip combinado con una banda sonora impresionante que conquistó absoluta, y paradójicamente, a la audiencia. Sylvester Stallone había acertada e inteligentemente cambiado el tono dramático de "Rocky" (1976) y "Rocky II" (1979) para asumir uno más de acción en "Rocky III" (1982), que le había permitido a la franquicia extender su vida y universos narrativos y capturar la atención de otro tipo de público, uno más juvenil e interesado en la impronta de "súpeheroes" humanos luchando contra todo tipo de adversidades, impulsado principalmente por films como "Conan The Barbarian" (1982) de John Milius y "Rambo: First Blood" (1982) de Ted Kotcheff y sus secuelas "Rambo: First Blood Part II" (1985) de George P. Cosmatos y "Conan The Destroyer" (1984) de Richard Fleischer, respectivamente.

    Estos films de acción y épica no sólo postulaban un fuerte culto al físico y al individualismo desprendido del capitalismo occidental, sino que también destacan los valores más intrínsecos de la sociedad estadounidense, pero también estaban totalmente cargados de un mensaje ideológico y político en contra del comunismo, reflejo obviamente de la Guerra Fría (1947-1991). Por lo mismo, no es de extrañar que el guión del film sea, clara y evidentemente, un rídiculo panfleto político y económico de las particulares tensiones entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética. Se supone que el borrador que Timothy Anderson desarrolló para el film, que fue rechazado y que derivó en una larga disputa legal con Stallone por los derechos posteriormente, exploraba algunos aspectos dramáticos del conflicto, sin embargo, la impronta del propio Stallone llevaría la narrativa a un éxtasis que a pesar de ser absurdo y colmado de excesos, terminaría por funcionar y convertir el filme en una película muy entretenida y con un excelente ritmo. Y es que el prólogo de la cinta, con escenas del combate entre Rocky y Clubber Lang con la espectacular "The Eye Of The Tiger" (1982) de Survivors de fondo, pero más aún la aparición de dos enormes guantes de boxeo con la bandera de cada país, que salen disparados, chocan y dejan polvo y escombros en la pantalla, es toda una declaración de principios del film, tal cual.

    Sin embargo, esta desternillante presentación de dos ideologías totalmente antagonistas que medirán fuerzas en un espectáculo de boxeo, dará paso a toda una estructuración ideológica en el guión, cual de ellas más aberrante, pero honesta que la anterior, que, por supuesto, le entregará al público estadounidense las esperadas y vitoreadas cuotas de patriotismo que tanto demanda una película como ésta. Y es que a pesar de que Stallone intenta inúltimente no escribir una americanada por guión, con algunas secuencias de tensión y exposición de verdades como aquella en la que la esposa de Drago, Ludmilla, encara a la prensa estadounidense de ser arrogantes y groseros y etiquetarlos de villanos para ensalzar a su propia país y el increíble e irrisorio epílogo del público ruso vitoreando a Rocky y el Secretario General Comunista aplaudiéndolo, no falta la construcción y presentación del estereotipo frío y malvado de Drago como deportista, y su porte militarista y anabolizado. Stallone va más allá del esperable retrato psicológico estereotipado del ruso. Si bien había explotado en todas las entregas de la franquicia suficientes elementos para diferenciar categóricamente a Rocky de su adversario, explotando no sólo el carisma y sencillez del potro Italiano y sobre todo la arrogancia de sus adversarios (Apollo Creed y Clubber Lang), para disparar la simpatía del público, en "Rocky IV" (1985) trasladará estos elementos al campo naciónalista y deportivo con la legendaria secuencia de entrenamiento de ambos púgiles en donde observamos a Rocky optando por un entrenamiento artesanal, natural y épico en un ambiente imposiblemente hostil y a Drago, por el contrario, utilizando toda la tecnología soviética al servicio del deporte, con maquinaria deportiva de última generación, inyección de anabólicos y todo un aparato ideológico de culto.

    A pesar de toda esta concepción en torno al villano que puede resultar degenerada, Iván Drago es un villano altamente efectivo y un gran sucesor como natural antagonista para el potro Italiano, tras el efímero pero recordado Clubber Lang, pero más aún al mítico Apollo Creed. Stallone confesaría posteriormente que cuando estaba realizando el casting de boxeo para el antagonista de Rocky y le tocó probar a Dolph Lundgren, un desconocido ingeniero químico sueco cinturón negro de karate y con aspiraciones actorales, al ver su postura fría e imperturbable, se convenció que el espigado europeo de casi 2 metros era el actor indicado para interpretar a su nuevo e invencible antagonista, el mastodóntico Iván Drago. Es cierto que quizás cometió la imprudencia de asociar la tragedia de Apollo Creed a la figura del soviético, pero de cualquier forma esta decisión narrativa ayuda a generar un mayor sentido de obligación y eventual venganza en Rocky para enfrentarse con Drago. Cierto que quizás cometió la imprudencia de asociar la tragedia de Apollo Creed a la figura del soviético, pero de cualquier forma esta decisión narrativa ayuda a generar un mayor sentido de obligación y eventual venganza en Rocky para enfrentarse con Drago. El hecho de que Stallone haya dejado la vergüenza aparte y haya traspasado todos los límites de narrativa dramática y lógica en "Rocky IV" (1985), no sólo asegurará un espectáculo narrativo digno de verse y disfrutarse, sino que demandará que visualmente el film también explore caminos épicos, de imágenes exacerbadas y exaltación de la figura heroica de Rocky.

    Además de la exploración nacionalista e idiosincrática como la apabullante performance de James Brown interpretando "Living In America" en el Madison Square Garden para presentar a Apollo Creed versus la estruendosa y ceremonial interpretación del himno sovíetico vitoreado por una masa controlada ideológicamente por el Estado, Stallone lleva a cabo otros montajes de estilo videoclip excelentemente bien filmados, aunque no por ello alejados de un paroxismo visual que puede volverse un placer culposo, como vemos en la secuencia en que Rocky reflexiona tras la muerte de Apollo qué viene para su carrera, el mencionado y espectacular montaje de entrenamiento y, finalmente, el combate final entre el potro Italiano y la "máquina" Rusa. Por cierto, la secuencia de combate entre Rocky y Drago se convertiría en una de las más recordadas y épicas de la franquicia, a la altura de la legendaria secuencia de "Rocky II" (1979) en que Rocky derrota a última hora a Apollo Creed. Si bien el potro Italiano no está defendiendo su título de campeón de boxeo, la secuencia completa, magistralmente filmada por Stallone y musicalizada espectacularmente por la gran partitura de Vince DiCola, destila adrenalina por toneladas y se convierte en un espectáculo que resulta totalmente disfrutable y recordable por décadas. Stallone confesaría años más tarde que la efectividad de la secuencia se debió, además del gran trabajo del fotógrafo Bill Butler y los montajistas John W. Wheeler y Don Zimmerman, a la autenticidad de los golpes que se dieron con Lundgren luego de que ambos acordaran boxear en serio para hacer más realista el enfrentamiento. Sin embargo, la agresividad del sueco terminaría enviando al hospital a Stallone por un certero golpe en el pecho, que lo dejó en cuidados intensivos por una semana.

    No obstante, fue el único momento incómodo para Lundgren en el set. Durante la secuencia de combate con Carl Weathers, el sueco lanzó con demasiada fuerza al actor afroamericano a la esquina del ring, lo que desató la furia del intérprete de Apollo Creed y su amenaza de abandonar el rodaje. Stallone debió intervenir y hacerlos reconciliar. De hecho, la agresividad de Lundgren haría que fuese una de las películas deportivas que aplicó efectos de sonido genuinos a partir de estos golpes reales con Stallone, a parte de métodos de entrenamiento originales creados por consultores de boxeo y un grupo de otros efectos especiales nuevos. Además, al mostrar equipos deportivos de alta tecnología innovadores para la época, además de reflejar la carrera científica entre ambas potencias mundiales, se convirtió en una película visionaria al respecto. Por el contrario, uno de los elementos más horteros del film fue la introducción del robot que Rocky obsequia a Paulie y que se transformó incluso en un elemento avergonzante para el propio Stallone, quien eliminó ciertas escenas en la edición Director’s Cut que lanzó en 2020. El androide fue creado por International Robotics Inc. en Nueva York y su voz inicial grabada por el director ejecutivo de la empresa, Robert Doornick. Se sabe que fue bautizado por sus ingenieros como "SICO", que había sido utilizado por James Brown durante sus giras en los 80s y que Stallone lo incluyó en la película principalmente como homenaje a su hijo Seargeoh, luego de utilizarlo para tratar su autismo.

    La película fue rodada entre abril y julio de 1985 en Los Ángeles y Las Vegas. Stallone escogió la ciudad de Wyoming para recrear la inhóspita Unión Soviética, construyendo una cabaña en Jackson Hole y empleando el Parque Nacional Grand Teton para filmar muchas de las secuencias al aire libre. Finalmente, escogió el PNE Agrodome en Hastings Park en Vancouver, Columbia Británica, como escenario para la pelea en territorio soviético. Como ha sido una tónica, al menos para las 4 primeras entregas, la cinta contó con una magistral banda sonora que combina efectivamente canciones ochenteras pop como "Living In America" de James Brown y "Heart’s On Fire" de John Cafferty & The Beaver Brown Band, con tres grandes canciones de hard rock de Survivors, "The Eye Of The Tiger", "Burning Hearts", "Man Against The World", además de "No Easy Way Out" de Robert Tepper y "The Sweetest Victory" de Touch. Otro punto a destacar fue la incorporación de Vince DiCola en lugar de Bill Conti, autor de la magnífica y emblemática "Gonna Fly Now". Si bien fue la primera vez que la icónica y emotiva partitura de Conti no fue incorporada en una entrega, DiCola se despachó con una espectacular banda sonora que incluyó las notables "Training Montage" y "War".
    El film se estrenó en Westwood, Los Angeles, el 21 de noviembre de 1985. Con un presupuesto de US$28 millones y una taquilla de más de US$300 millones, se convirtió en la película más taquillera de toda la franquicia. Le seguría la controversial quinta entrega "Rocky V" (1990) con el regreso de John G. Avildsen en la dirección.

    Las actuaciones son correctas, además de Sylvester Stallone y Dolph Lundgren, el film contó nuevamente con la participación de Talia Shire, Burt Young, Carl Weathers y Tony Burton. La importancia de la esposa y cuñado de Rocky en esta entrega decae considerablemente respecto a las películas anteriores, pero de todas formas tanto Shire como Young cumplen satisfactoriamente al interpretar a sus personajes, a esta altura icónicos e incuestionables. Stallone reincorporó al reparto a Sylvia Meals como la esposa de Apollo y sumó a su novia de entonces, la actriz y modelo danesa Brigitte Nielsen como Ludmilla Drago, esposa del gigantesco púgil soviético. David Lloyd Austin encarnó al Primer Ministro Soviético, claramente una referencia a Mikhail Gorbachov. Además, el comentarista deportivo Stu Nahan realizó su cuarta aparición en la franquicia como comentarista de la pelea Creed-Drago. Warner Wolf reemplazó a Bill Baldwin, quien falleció luego de la filmación de "Rocky III" (1982), como co-comentarista. Para la pelea entre Rocky y Drago, se incluyó a los comentaristas Barry Tompkins y Al Bandiero como locutores de USA Network.

    En definitiva, entretenida y estrambótica cuarta entrega de la Saga de Rocky Balboa, que a pesar de olvidar todos los principios narrativos del film original y traspasar sus propios límites, funciona de gran forma y se transforma en un espectáculo entretenido, dinámico y totalmente disfrutable. La película ganó el Trofeo Marshall al Mejor Actor en el Festival de Cine de Napierville, al Mejor Actor (Lundgren) y el Premio Golden Screen de Alemania. En Estados Unidos, sin embargo, fue vapuleada por la crítica con 9 nominaciones y 5 premios Golden Raspberry, incluido Peor Actor (Stallone), Peor Director (Stallone), Peor Actriz de Reparto (Nielsen), Peor Nueva Estrella (Nielsen) y Peor Partitura Musical.

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    EXIGENTE CRITICA
    EXIGENTE CRITICA

    2 usuarios 27 críticas Sigue sus publicaciones

    0,5
    Publicada el 27 de diciembre de 2021
    Esta película me da mucho asco cuando la veo me dan ganas de vomitar,pésima igual que toda la saga🤢🤮
    cine
    Un visitante
    4,5
    Publicada el 21 de octubre de 2021
    Buena pelii y buena app ..wlskkwkslwlwlwldlslskskskskdkdkdkdkdkdkdkdkdkdkdkdkdkdkdkskdkdkldlddldkdkdkdkdkdkkdmddllddmdmkdmddldldldlldldldldldldldldldlddlldldmd
    cine
    Un visitante
    2,5
    Publicada el 21 de diciembre de 2018
    Su vacuo discurso posterior a la pelea indica por qué los boxeadores con 75 peleas profesionales rara vez son llamados oradores públicos.
    cine
    Un visitante
    2,5
    Publicada el 29 de noviembre de 2018
    Las secuelas de Rocky han dejado de ser películas en el sentido habitual de la palabra. Ahora son rituales, misas bajas que celebran lo que su creador estrella asume que son, en base a sus éxitos pasados, los valores del mínimo común denominador. Se prescinde del vínculo narrativo en cualquiera que no sea la forma más burda, y el diálogo y las caracterizaciones se reducen a niveles mínimos. Cualquier audiencia podría cantar las líneas junto con las figuras arquetípicas en la pantalla, como si estuviera participando en una lectura receptiva. En cualquier caso, el punto del ejercicio es el tradicional: hacer que una multitud se ponga de pie gritando "Amén" o, al menos, "Alabado el astuto".

    El esquema de Rocky IV es insensiblemente familiar. Nuestro héroe se descubre a sus anchas, disfrutando de las dulces recompensas de su labor pugilística, sin nubes en el tejido cicatricial. Entonces aparece una gigantesca amenaza no solo para su bienestar sino para todo lo que él, nosotros, apreciamos. Sí, literalmente un gigante. Reemplazando al Sr. T en este ingrato papel es un soviet gigantesco llamado Drago (Dolph Lundgren). Detrás de este toro salvaje de las estepas, un estado totalitario ha movilizado toda su magia tecnológica (incluyendo, se insinúa, esteroides) para reclamar no solo un campeonato mundial sino la superioridad de su sistema sobre el del decadente Occidente. A Apolitical Rocky no le importa. Pero su amigo y en algún momento Apollo Creed (Carl Weathers) sí lo hace, y en un partido de exhibición (en escena - plug, plug - en MGM Las Vegas Grand), es sádicamente golpeado hasta morir por el soviet. Eso, por supuesto, levanta al Semental italiano en sus patas traseras, pateando el aire.

    También conduce a la escena obligatoria en la que su esposa (Talia Shire), que representa el quietismo, duda de la necesidad de la venganza, para que Rocky pueda informarle que un hombre debe hacer lo que tiene que hacer un hombre. Sigue ardiendo, una secuencia subverbal sin fin en la que el héroe entrena en la inmensa solidez primitiva del desierto soviético, con solo su propio espíritu de lucha para sostenerlo mientras corta madera, levanta rocas y sube la montaña más alta para un final de socko. Los cortes cruzados con esta prueba solitaria son tomas de Drago, que tiene todo un colectivo de ayudantes y todos los últimos artilugios electrónicos y químicos que trabajan en su tono muscular.
    cine
    Un visitante
    2,5
    Publicada el 9 de noviembre de 2018
    Sylvester Stallone regresa aquí a la carretera de Rocky con mucho menos éxito que antes. Nadie encaja de forma inteligente en esta perezosa tercera secuela, también dirigida por Stallone, que introdujo a Dolph Lundgren en el mundo del cine, a pesar de que la entonces esposa de Stallone, Brigitte Nielsen, supera fácilmente a Lundgren en el juego de actores de cara de piedra. Esta vez, Rocky tiene que enfrentarse al super campeón soviético Ivan Drago (Lundgren), y aunque es imposible no quedar atrapado en el programa de entrenamiento ruso de nuestro héroe, o alentar su victoria culminante, los montañosos montajes acompañados por una música a todo volumen. No hay sustituto para el sombreado de la trama.
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