Empieza la película con Mark Wahlberg huyendo de la policía y remontándose unos meses atrás para contarnos su historia, su verdadera historia. Confieso que no di mayor importancia a la frase, pero cuando a mitad de la cinta, después de varios desfases, extravagancias y meteduras de pata del trío protagonista, un rótulo sobre impresionado nos recordaba que “Esto sigue siendo una historia real”, no pude por menos que sonreír, no puede ser, estos tipos no pueden ser reales, cómo es posible ser tan torpe, tener tan pocas luces y cagarla tanto… todo el tiempo. Vale que la historia real se desarrolló en los 90 y series como "CSI" no eran tan populares, pero es que cualquier delincuente, por muy novato que sea, sabe que no debe dejar rastro de su delito y si secuestras a alguien y le torturas para que te ceda la escritura de su casa, no te quedas a vivir en ella e intimas con los vecinos, y más si sabes que tu víctima no ha muerto.
Pero está no es la única torpeza de estos culturistas, su incompetencia, su estupidez y la falta de moralidad es la base de la mayoría de las situaciones cómicas, no das crédito a lo que estás viendo. La estupidez y la crueldad están continuamente presentes, en todos por igual, víctimas y verdugos, todos son igual de despreciables. Tuve la sensación de que Bay intenta que simpaticemos con los tres culturistas, parece que intenta justificarlos y esa parte no me ha gustado. Por lo demás, tiene todo lo que esperas encontrar en una película de Michael Bay, es decir, imágenes a cámara lenta, explosiones, música atronadora, chicas ligeras de ropa y una novedad, la sátira social.
Lo cierto es que debajo de toda la violencia sangrienta, la excesiva brutalidad, el sexismo habitual de Bay y los descerebrados protagonistas, hay una crítica nada disimulada y muy cínica de la superficialidad y la codicia de la sociedad norteamericana, “Yo sólo quería mi parte del sueño americano” dice el personaje de Wahlberg, si para conseguirlo tiene que secuestrar, extorsionar y matar, parece que no es relevante. No sé hasta qué punto es real todo lo que se cuenta en la película, pero que fueron juzgados y sentenciados por secuestro, extorsión y asesinato es verídico, unas fotos de los auténticos protagonistas durante los créditos nos informan de sus condenas y como es ahora su vida.