Crítica de SensaCine.com para Avalon: Sobre la emigración

Barry Levinson desarrolló durante los años ochenta una filmografía exitosa e irregular en la que películas como Dinner, El mejor o El secreto de la pirámide parecían presagiar un cineasta interesante, capaz de ser personal fuera cual fuera el género que abordara. En 1988 Levinson consiguió su gran éxito, Oscar incluido, con Rain Man, lo cual parecía afirmarlo anterior pero no era así: su obra más conocida era una medianía con cierto interés pero demasiado calado. Dos años después, rodaría Avalon película apenas atendida entre Rain Man y otro de sus grandes éxitos, Bugsy, pero que se encuentra entre lo mejor de su carrera. Película personal (el guion también es suyo) que relata la vida de unos emigrantes en Estados Unidos a comienzos del siglo XX, una saga familiar rodada con una sobriedad magnífica, con una puesta en escena sin ornamentos pero que evidencia trabajo y reflexión, con un guion con altibajos pero de muy buenos diálogos tanto cuando son más dramáticos como cuando son cómicos, con excelentes interpretaciones y una banda sonora tan magnífica como la fotografía. Y a pesar de todo esto no es una película redonda, quizá porque se hace demasiado larga, no logrando mantener el interés en todo momento de manera uniforme. Pero Avalon es una película a recuperar, no es perfecta, pero aporta una visión bastante cercana y cotidiana sobre la vida del extranjero en tierra desconocida.

A favor: La sobriedad de la puesta en escena, los actores y la banda sonora.

En contra: Se puede hacer algo larga.