Política del terror
por Cristina Álvarez López'El exorcista: El comienzo' es una película a la que se le colocó el calificativo de bodrio antes incluso de que nadie la hubiera visto. El filme llegó precedido por un mal augurio: fue rodado por Renny Harlin después de que la primera versión, dirigida por Paul Schrader, fuese desechada por los productores. Aunque no es una buena película, contiene algunas ideas audaces y es lo suficientemente distinta del original de Friedkin para resultar interesante por derecho propio.
La habilidad de Harlin como director es evidente y la fotografía de Vittorio Storaro es, como de costumbre, soberbia. Curiosamente, la habitual lucha entre el bien y el mal, entre Dios y Satán, descansa sobre dos grandes hechos históricos: el Holocausto y la guerra colonial en la que los militares británicos aniquilaron a la comunidad africana.
Lo mejor: Que el niño poseído ya no es una chica estadounidense, sino un niño africano.
Lo peor: El cursi pasaje del héroe hacia la redención divina.