Crítica de SensaCine.com para La vida es un milagro: Shakespeare en los Balcanes

Esta peculiar versión de Romeo y Julieta fue el enésimo retrato que hizo el serbio Emir Kusturica alrededor del conflicto de la antigua Yugoslavia. Kusturica fue un director muy reputado desde finales de los 90 y a lo largo de toda la década de los 90, consiguiendo dos Palmas de Oro en el festival de Cannes y el reconocimiento internacional gracias a films como 'Papá está en viaje de negocios', 'Underground' o 'Gato negro, gato blanco', si bien es cierto que en los últimos tiempos su carrera no ha continuado con tanto éxito.

'La vida es un milagro' explica perfectamente por qué. Kusturica ha abusado en exceso de los mismos temas y los mismos personajes. Y si bien es cierto que esto es algo que ha caracterizado a los grandes maestros (Ford, Hitchcock, Ozu), el problema del serbio es que su cine se ha vuelto excesivamente retórico y falso. En esta película, todo parece una parodia de una película de Kusturica, todo es excesivo y grandilocuente, tanto en su manifestación del humor, como en su representación de la tragedia, de dos pueblos enfrentados por unas razones que ni ellos mismos comprenden por completo y que en condiciones normales vivirían como hermanos.

A favor: Los hermosos paisajes de los Balcanes y algunos personajes característicos de Kusturica.

En contra: Los mismos tópicos de siempre en este director ahora convertidos en una fórmula exportable para seguir acudiendo a festivales.