Hasta que el destino nos alcance
por Miguel BlancoGaspar Noé ha ido, en cada nuevo paso, aumentando la ambición de sus películas. Si con 'Solo contra todos' y 'Carne' parecía querer acercarse al cine del maestro oculto del cine francés George Franju, con 'Irreversible' y la siguiente 'Enter the Void' no anda lejos de Stanley Kubrick. Esto es películas marcadas por un enorme rigor estético donde los protagonistas son una parte más del baile de formas, piezas sin libertad que se mueven al gusto del director.
'Irreversible' lleva su ambición formal al extremo, al mostrarse al espectador al revés que las películas convencionales. Empieza por el final (títulos de crédito incluido) y empieza por el principio. Es por lo tanto, una película sobre el destino inexorable, sobre la condenación. Noé nos dice que si su historia se pudiera escribir como él dice, tendría un final feliz, pero desgraciadamente no es así.
Noé tiene predilección por los espacios turbios. Locales de mala muerte, callejones oscuros. La película está dominada por escenas nocturnas que Noé filma en largos planos secuencia, con su cámara dando vueltas y vueltas, utilizando trucajes visuales de todo tipo para atravesar ventanas y otro tipo de objetos sólidos. El film puede molestar por su tendencia a lo desagradable, a la violencia, pero asimismo puede encantar por el reto formal que supone para el espectador.
A favor: Algunas escenas son pura pirotecnia visual gracias al trabajo de cámara.
En contra: Al final, su discurso sobre el amor, la traición y la muerte puede resultar demasiado simplón.