La pequeña salvaje
por Eulàlia IglesiasJodie Foster encarnó a una niña salvaje con todos los tópicos y casi ninguna de las cuestiones filosóficas, morales y filológicas que plantea este tipo de personajes. Su personaje, al contrario de los que inspiraron 'El pequeño salvaje' de François Truffaut y 'El enigma de Kaspar Hauser' de Werner Herzog, no se basa en una historia real sino en la obra de teatro 'Idioglossia' de Mark Handley.
La muchacha a quien da vida Foster ha crecido aislada en una cabaña junto a su hermana gemela desaparecida y una madre víctima de un infarto. Nell habla en una idioglosia, un lenguaje propio que mezcla las palabras que oyó farfullar a su madre y el idioma que se inventó junto a su hermana. Pero más que interesarse por el origen del lenguaje, la película se decanta por explotar la vertiente rousseauniana del personaje, una muchacha conectada con la naturaleza, buena porque sí y con su propia sabiduría. El film desarrolla una historia melodramática donde cabe el romance (entre médico y psicóloga que la defienden), la reivindicación simplista de una ingenuidad pura amenazada por la sociedad y el inverosímil triunfalismo de la protagonista ejerciendo su propia defensa ante un tribunal.
A favor: la química entre Liam Neeson y la malograda Natasha Richardson.
En contra: la interpretación quiero-un-tercer-Oscar de Jodie Foster.