Crítica de SensaCine.com para Regreso al lago azul: Amor rousseauniano

Más que una secuela, 'Regreso al lago azul' es un remake de ese softcore edénico que protagonizaron unos jovencísimos Brooke Shields y Christopher Atkins a principios de los ochenta. Aunque la película arranque justo donde acabó aquélla, la historia se repite más o menos por los mismos derroteros: dos niños acaban en una isla desierta (la misma donde crecieron los padres de uno de ellos) junto a una madre que les enseña las normas básicas de supervivencia hasta que, una vez adolescentes, ella muere y tienen que espabilares por su cuenta. Ellos asumen los cambios en sus cuerpos con la naturalidad propia de los "incivilizados".

Aquí la vida edénica y el romanticismo rousseauniano de ambos jóvenes se ve violentado por la irrupción de un barco que les trae el pudor, la avaricia, la envidia, los celos, la hipocresía y la violencia. Todavía más cursi que su antecesora, 'Regreso al lago azul' ni tan siquiera ofrece la dosis mínima de erotismo paradisíaco que algunos espectadores podrían exigir de un film de este tipo.

A favor: Milla Jovovich una belleza a la altura de Brooke Shields.

En contra: los diálogos  de vergüenza ajena.