Robinsones enamorados
por Eulàlia IglesiasUn clásico del cine erótico-comercial de los ochenta, 'El lago azul' empieza como una variante de 'Robinson Crusoe' (una pareja de niños y un adulto naufragan en una isla tan cuasi desierta como paradisíaca) para convertirse, una vez el mayor ha muerto y a los menores les empiezan a hervir las hormonas, en una versión rousseauniana del cine de despertar sexual. Basada en la novela homónima de Henry De Vere Stacpoole, 'El lago azul' se ambienta en plena época victoriana. Lejos de esa civilización, los dos jóvenes crecen libres de cualquier ambiente represor que coarte sus instintos. Por lo que van respondiendo a su deseo mutuo de la manera más natural: con el taparrabos casi siempre puesto y el edén, fotografiado por el maestro de la luz natural Néstor Almendros, como telón de fondo. La película de Randal Kleiser queda como una historia de amor más cursi que carnal, de una belleza domesticadamente salvaje. Un film, en definitiva, más cercano al anuncio publicitario que a la exploración de una sexualidad libre de represiones sociales.
Lo mejor: Brooke Shields y la fotografía de Néstor Almedros, ambas de una belleza insuperable.
Lo peor: El rubiales Christopher Atkins, que nunca se recuperó del naufragio.