Ni por asomo la cinta de Steven Soderbergh se aproxima a las excelencias del clásico de Andrei Tarkovski, de la que es un remake. Pero no es desdeñable en absoluto. La nueva mirada al enigmático planeta (recordemos que esta historia se basa en una gran novela de Stanislaw Lem) pone el acento en la compleja relación emocional de la pareja protagonista, sin olvidar conectarla adecuadamente con el misterio insondable de una forma ¿orgánica? capaz de materializar los temores inconscientes más profundos. El robusto trabajo de George Clooney otorga más crédito si cabe a una producción que era merecedora de mucha mayor aceptación de crítica y público.