El Papa Julio II quiere ser recordado por la grandeza de las obras artísticas que ha legado. Con ese fin, engatusa al famoso pintor y escultor Miguel Ángel Buonarroti para que pinte con frescos la bóveda de la Capilla Sixtina en el Vaticano. El artista es reacio al principio, y cuando el Papa le obliga a comenzar el trabajo, éste se rebela, ...