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Publicada el 27 de febrero de 2025
"Re-Animator" es una clásica comedia de terror de los 80s y contundente debut de Stuart Gordon, convertida en película de culto dentro del circuito underground. Herbert West es un lunático y obsesivo estudiante de medicina recientemente expulsado de Suiza y admitido en la Universidad de Miskatonic, Massachussets. Tras desafiar a su estirado nuevo profesor, el Dr. Hill, West convencerá a su compañero de pensión Dan Cain, para que se le una en una serie de extraños experimentos que le permitan revivir la actividad cerebral y con ello la vida de órganos, animales y personas muertas. A inicios de los 80s, el nobel director estadounidense Stuart Gordon tenía lista una adaptación televisiva del cuento clásico "Herbert West: Reanimator" (1922) del maestro del terror moderno H.P. Lovecraft, que constaba de 13 capítulos (el texto de Lovecraft está dividido en 6 capítulos), sin embargo, nunca lograría que alguna cadena se interesara realmente. Ello hasta que el creador de efectos especiales Bob Greenberg, colaborador de John Carpenter, le presentara al productor Brian Yuzna, uno de sus grandes complices a partir de ese momento. Éste consciente del potencial del guión, lo convencería que filmarán una película en su lugar, que terminaría siendo respaldada por el legendario Charles Band y su productora Empire Pictures, que tantas casposas y maravillosas películas regaló en los 80s a los fanáticos del terror.

El guión firmado por el propio Gordon y Dennis Paoli, está basado libremente en la obra de Lovecraft, teniendo tres básicos pero efectivos pilares narrativos, que lo hacen un relato realmente pragmático en su afán por entretener y, en menor grado, horrorizar. En primer lugar, tenemos la referencia directa al cuento de Lovecraft, que a su vez bebe directamente del "Frankenstein" (1820) de Mary Shelley, en donde se advierte ese espíritu indomable del científico loco que está dispuesto a traspasar todas las barreras de lo ético, sin importarle si en el camino debe deshacerse de gente que amenace su objetivo. West es el típico joven impetuoso, transgresor, desafiante y petulante que cree saberlo todo, o por lo menos, potencialmente, haber sido escogido para una verdad mayor, a la que, por supuesto, está preparado. Lo anterior nos lleva al segundo pilar, que es el conflicto generacional e ideológico con el Dr. Carl Hill, un académico sentado en sus laureles que representa todo lo que West odia, entiéndase la ciencia dogmática y auto-condescendiente de sus límites por acción de la ética, la supuesta infabilidad de la ciencia comprobada y asimilada del "viejo orden científico" versus el ímpetu y la liviandad de las teorías de "la ciencia joven", etc. En el film, a West no le molesta acabar literalmente con Hill porque la destrucción de su profesor es la destrucción de ese "viejo y arcaico orden científico".

Y en tercer lugar, la relación West-Cain, que resulta primordial para fundamentar los alcances científicos de West, en donde tenemos la búsqueda del cómplice talentoso y con acceso a los recursos que West necesitaba, por una parte, y, por otro lado, la búsqueda del reconocimiento del padre de su novia, que tanto anhela Cain, el decano de la facultad de medicina. Podríamos mencionar un cuarto pilar, incluso, aquel del triángulo amoroso entre Cain, Megan y el Dr. Hill, en donde la obsesión de Hill por la hija de su amigo el decano, funciona también como vehículo narrativo para las aspiraciones del ambicioso Hill. Se agradece que Gordon no lo convierta en el centro narrativo del film, ya que no hay que olvidar que ante todo, ésta es una comedia de terror. Cada uno de estos tres o cuatro pilares funciona de forma tal que el film fluye de una forma bastante natural, simple y honesta, para mostrarse como lo que es: una obra desprovista de la total solemnidad terrorífica del relato lovecraftiano, pero que tiene la virtud de reírse de sí misma de una forma bastante sutil, sin llegar al extremo de mostrarse como una parodia de si misma, mostrando, entonces, respeto por el género al que homenajea. De la misma forma, utiliza el humor negro para esbozar ciertos rasgos caricaturescos y el gore como tubo de escape hacia la comedia, lo que no la vuelve menos brutal, en todo caso, sobre todo en las escenas de reanimación de cadáveres y enfrentamiento entre muertos y vivos.

Otro elemento que se podría destacar en términos narrativos es la ambigüedad en ciertos aspectos. Ya sea por dejación u omisión del guión o por propio interés, podemos identificar la ambigua relación entre West y Cain, que el espectador nunca identificará si llegan a ser amigos o simplemente cómplices de acuerdo a sus propios intereses. Al mismo tiempo, y de forma más notoria, encontramos el elemento "zombie", que aunque inducido esta vez por supuestos objetivos científicos, han sido devueltos a la vida, rompiendo con ello la ley de la vida y la muerte. Finalmente, el líquido reanimador, del cual no sabe ni siquiera cómo se llama, que elementos contiene y de dónde lo sacó West. Un elemento, a todas luces, sólido del film son sus efectos especiales. No estamos ante la mejor muestra de recursos y tecnología de la época, claro está, pero sí ante un equipo profesional encabezado por Bret Culpeper ("The Stuff", 1985) con la convicción de recrear situaciones inverosímiles de horror latente, entre las que destacan la reanimación del primer cadáver, la decapitación del Dr. Hill y su posterior control mental desde la testa en la bandeja quirúrgica, de su cuerpo decapitado (que por cierto se lleva las imágenes más memorables del film, al masajear los pechos de Megan y el legendario cunnilingus a la chica), así como la vorágine final de cadáveres resucitando, entre los que destaca un intestino grueso con vida propia que intenta matar a West. Como olvidar también ese legendario líquido que reanima cadáveres. Richard Band ("Puppet Master", 1989) aporta con una correcta banda sonora, en donde destaca sin duda el tema que da inicio y término al film, en un claro homenaje al clásico de Bernad Herrman "Psycho" (1960) de Alfred Hitchcock, melodía que sintetiza de la mejor manera lo que el espectador encontrará al visionar "Re-Animator" (1985): diversión, locura y desfachatez.

Las actuaciones son correctas, hay que reconocer que gran parte del éxito del film se debe a la gran performance de Jeffrey Combs ("The Frighteners", 1996), convertido en actor fetiche de Gordon con el paso del tiempo, que propone una nueva concepción del mad-doctor, uno en donde la locura parece algo natural y donde su incontenible curiosidad lo lleva a altos niveles de amoralidad. Por lo tanto, queda claro que para él cruzar los límites éticos de la ciencia no es más complicado que cruzar una calle, y en donde ni siquiera tiene contemplado jugar a ser Dios. Sí, porque para Herbert West, el alcance del conocimiento está por sobre cualquier cosa, incluso su propio ego. Los secundarios están bien escogidos y permiten que Combs se retroalimente de relaciones preferentemente antagonistas (con el Dr. Hill y con Megan), a excepción del personaje de Dan Cain, interpretado por un correcto Bruce Abbott ("Bride Of Re-Animator", 1990), con quien establece una extraña y conveniente amistad. Por su parte, David Gale es el prototípico villano de los 80s, un personaje inescrupuloso y siniestro, cuya apariencia refleja que no es digno de confianza. En el film, aparte de planear usar la lobotomía para dominar la mente de la gente, mostrará una sexual obsesión por Megan, interpretada por Barbara Crampton ("Body Double", 1984), el único personaje femenino, que a la postre funciona como segundo personaje eje (después de la investigación en si misma como primer eje) como hija del decano, interés amoroso de Cain y obsesión sexual del Dr. Hill.

En definitiva, clásico sólido y eterno dentro de la factoría de Brian Yuzna y Charles Band, que sin embargo tiene evidentemente una calidad por sobre la media de aquellas producciones y que mezcla de forma contundente humor y horror.

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3,5
Publicada el 2 de noviembre de 2021
Buena película y clásico del terror en el que te vas dando cuenta del desarrollo de Herbert West, cuando en un principio es un hombre callado y tranquilo y después es un loco.
3,0
Publicada el 12 de octubre de 2020
He de reconocer que en su estreno me llamo la atencion y me gusto,pero ha envejecido mal y ahora me causa risa, ya no es terror, para pasar unas risas y hartarse de sangre
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